Bolas de hámster gigantes para humanos, el futuro de la vivienda y el transporte en los años 30 y 40

















Lo que veis en la ilustración que encabeza esta entrada es una muestra de cómo pensaban en los años 30 que serían las casas del futuro. Apareció publicada en el número de septiembre de 1934 de la revista Everyday Science and Mechanics, y como resulta comprensible, no existen pruebas (o al menos yo no las he encontrado) de que se intentara llevar a la práctica en algún momento de la historia.

Por aquél entonces, era común que algunas revistas consultaran las nuevas patentes registradas e instaran a sus redactores a imaginar los grandes avances que traerían. En este caso, el invento está inspirado en el desarrollo en de un nuevo método para fabricar bidones y contenedores esféricos, patentado en mayo de ese mismo año por Edwin G. Daniels (nº de patente 1.958.421), que puedes consultar aquí.

La casa esférica estaba pensada para construirse como un todo en el que posteriormente se perforarían las ventanas y la puerta. Además, gracias a la adhesión de dos tiras protectoras, el dueño podría transportarla cómodamente remolcándola con un tractor, como si de una caravana se tratara (aunque es probable que, tras el viaje, en el interior no quedara títere con cabeza).




































Doce años después, en el número de febrero de 1946, la revista Amazing Stories publicaba una nueva bola de hámster gigante para humanos, ideada por el ilustrador James B. Settles, cuya descripción desvelaba una idea mucho más ambiciosa (e imposible) que la anterior.

En este caso se trataba de un novedoso medio de transporte alimentado por un reactor nuclear, que una vez más, daba fe de la fiebre atómica del momento y las esperanzas que la sociedad tenía puesta en la energía de fisión.

La bola de plástico transparente estaba diseñada para girar sobre unos raíles magnéticos que servían a la vez como freno y conmutador de dirección, mientras que el núcleo debía mantenerse en posición vertical gracias a la acción de un estabilizador giroscópico, lo que permitiría disfrutar de los parques, discotecas, terrazas y áreas de descanso instaladas en el interior.

Fuente y más información: Paleofuture I, II

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